Buscar culpables

La culpa es del otro, esa es la postura y el pensamiento más fácil. Nos consuela pensar que nosotros no tenemos nada que ver con lo que sucede y que todo se debe a un mal comportamiento de la otra persona, pero no deja de ser un autoengaño que nos ciega la realidad e impide que uno evolucione.

Otra vez, el sentirse demasiado identificado con la manera de pensar, impide romper los esquemas y ver más allá de lo que nuestra mente nos dice.

La primera persona que promulgó la famosa frase de “cambia tú y cambiarás a los demás” fue Dale Carnegie, Carnegie indica que la mayor parte de las cosas que nos suceden en esta vida vienen determinadas por lo que hacemos y como actuamos. Por tanto analiza bien cuando algo te sucede, porque probablemente tú tendrás mucha responsabilidad en lo que ha pasado.

Luis Rojas Marcos comentaba en una entrevista: “Se debería, cada día, hacer un acto de reflexión, mirar como ha ido la jornada y las cosas que han sucedido, entre todo lo que ha pasado ver que participación ha tenido uno. A partir de ahí sacar sus conclusiones e intentar mejorar, nunca debe caerse en la obsesión ni tampoco hay que ser duro consigo mismo, hay que hacerlo con tranquilidad y sosiego. Analizarnos nos ayudará a ser mejores y a no culpar tanto a los demás de lo que nos sucede”.

Este es un proceso más a tener en cuenta para evolucionar como personas, generalmente tendemos a pensar que cuando ya llegamos a la edad adulta ya somos de una determinada u otra manera, tener esa visión impide que podamos mejorar. La evolución en la vida es como una escalera, tú eliges  quedarte en el rellano o, por el contrario, prefieres subir peldaño a peldaño.